Preparar tu hogar para recibir a un nuevo gato puede parecer algo relevante, pero es un factor clave para que se adapte a su nueva casa y es algo que tendrá consecuencias directas en el desarrollo de su comportamiento y en cómo interactúa tanto con los miembros con los que va a convivir y el espacio que le rodea. 

Una buena idea es preparar una habitación tranquila para el gato, donde va a pasar las primeras horas o días hasta que se empiece a habituar al espacio. En ella debería haber todos los elementos esenciales del día a día como un comedero y un bebedero, un rascador, una bandeja de arena y una cama. Es importante delimitar claramente cada espacio y es altamente recomendable que la cama esté alejada de la zona de comida y del arenero, que también deberían estar separados entre sí. 

Un factor a tener en cuenta es el de ‘enriquecer el ambiente’ para estimular visual y olfativamente a tu mascota. Para ello se deben añadir en diferentes espacios juegos, rascadores y accesorios que pueda morder y rascar. Enriquecer el ambiente también ayudará a evitar que en un futuro se acostumbre a rascar muebles o cortinas.

Otro elemento esencial será preparar un sitio donde se pueda esconder, una buena idea es poner una cesta cubierta, una caja de cartón o algún elemento donde se pueda escapar. Sitúalo en un espacio tranquilo y que no sea un lugar muy concurrido por los que viven en casa. 

Proteger el entorno

Los gatos son curiosos y siempre están en busca de un lugar al que subirse, esconderse o descubrir, por eso otro de los elementos clave será el de proteger el entorno para evitar sustos. 

No subestimes a un gato así que si detectas aperturas o huecos, por pequeños que sean, asegúrate de taparlos. Tapando espacios como la parte trasera del sofá, la parte inferior de un armario o de un electrodoméstico se estará asegurando, en la medida de lo posible, que se pueda escurrir o pasar por una mala experiencia.

Proteger las ventanas es algo que también se tiene que tener en cuenta. Haciéndolo se evitarán posibles caídas, que son más frecuentes de lo que se suele pensar. Es recomendable proteger las ventanas con materiales resistentes ya que de lo contrario  tu gato podría estar jugando y dar pequeños golpes que lo rompan. 

Otro aspecto a tener en cuenta son las plantas de interior ya que hay algunas que pueden ser tóxicas para un gato. La semana que viene veremos qué plantas debes evitar para tener un hogar seguro para tu gato.

El momento transportín

El transportín será uno de los mejores aliados cuando se tenga que hacer algún desplazamiento de manera segura, ya sea acudir al veterinario, una mudanza o ante una emergencia. Para que no haya problemas será muy importante que el gato no asocie el transportín como algo negativo, una de nuestras recomendaciones es la de dejar el transportín como un lugar más de descanso en casa y del que pueda entrar y salir libremente. Otro elemento que puede favorecer una asociación positiva es dejar sus juguetes favoritos dentro o si observas que tu gato suele buscar sitios mullidos o mantas para descansar, esto podría ser otro elemento que se podría introducir.

Encontrar a un veterinario – ventajas de las visitas a domicilio

Nuestra última recomendación es encontrar a un buen veterinario. El veterinario no solo es para emergencias sino que será una figura clave para el correcto desarrollo de la mascota. 

En este sentido, si se está siguiendo este periodo de habituación, en el que todo son nuevos estímulos, ¿por qué no apostar por las visitas a domicilio? 

Las visitas a domicilio aportan comodidad tanto al gato, gracias a evitar el estrés que le puede causar una clínica, como a los dueños, ya que es más fácil adaptarlas a sus horarios y evitan traslados. 

Pero no solo eso, sino que una visita a domicilio puede ser esencial para descubrir cosas que quizás se están haciendo mal. Una imagen vale más que mil palabras y una visita a domicilio permite que el veterinario pueda detectar y asesorar sobre elementos como la disposición de determinados espacios. Además, también se podrán encontrar explicaciones de conductas o actitudes que, de no ver el ambiente habitual del gato, serían más difíciles de detectar.

Esto no quiere decir que no se tenga que ir a un veterinario presencialmente, ya que habrá cosas que requerirán de la asistencia física a una clínica, sino que en aquellas ocasiones en las que se pueda apostar por las visitas a domicilio, ayudará a descubrir cosas que en otros entornos sería mucho más difícil.

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